martes, 3 de agosto de 2010

talking wires



A veces, como en este caso, vuelvo a sitios que en una época frecuenté y que no visito desde hace años. Concretamente en este pueblo, Montuiri hicimos hace unos 10 años un proyecto mediante el cual un molino en bastante mal estado se rehabilitaría para convertirse en museo etnológico. Durante un periodo de tiempo, mientras redactamos el proyecto, acudía varias veces por semana a este pueblo así que tenía en la memoria un recuerdo bastante claro del mismo. La calle principal, la plaza del ayuntamiento, la iglesia, las calles empinadísimas y angostas que conducían al centro, etc.

Hacía años que no había vuelto pero se puede decir que (afortunadamente) no ha cambiado demasiado. Esta vez volví con un motivo concreto, tomar fotografías. Cuando hago fotos de lugares muy familiares, que conozco bien, se plantea el eterno reto de encontrar una visión diferente del lugar, un punto de vista original. Cuanto más familiar es el lugar, más difícil me resulta encontrar esa originalidad. Cuando voy a un sitio nuevo, como por ejemplo en estas recientes vacaciones en Roma me ocurre el caso completamente opuesto. Aún siendo lugares que las fotografías y la televisión nos han acercado y han hecho que casi nos resulten familiares es un caso muy distinto. La sensación de novedad es absoluta ya que no hay recuerdos ni sensaciones ligados a estos sitios, es decir te sientes libre para reinventarlos y reinterpretarlos a tu manera y según tu estado anímico del momento. Fotografiar espacios cercanos puede equivaler a retocar eternamente un cuadro que jamás puedes terminar mientras que llegar a un sitio nuevo podría ser como estrenar un lienzo, blanco e inmaculado. Ahí está la emoción de la primera pincelada o el placer de empezar a vislumbrar sobre la tela esa visión que sólo existe en tu cabeza.

Creo que uno de los mayores placeres que la fotografía me brinda es la posibilidad de volver a mirar mi ciudad, mi isla, incluso mi casa o el jardín de mis padres con una mirada nueva en cada fotografía.

9 comentarios:

  1. Comparto al 100% ese último párrafo! Magia... ;)

    Oye... voy a usar uno de esos botoncitos y "compartirte" en mi FB!

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  2. Uf! Eso es algo que me "golpeó" de lleno cuando empecé con la fotografía. Me quedé maravillado de aprender a ver mi propio pueblo desde otra perspectiva, con otra curiosidad renovada. Incluso he comenzado a sentirme muy orgulloso de ser de donde soy.
    Y todo eso, gracias a la foto.

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  3. Vamos a ver si esto me hace caso.

    Lo primero darte la enhorabuena y desearte que este blog siga mucho tiempo ya que pienso que tienes muuuuchas cosas intersantes que contarnos y que enseñarnos.
    Respecto a tu texto de hoy, no puedo estar más de acuerdo. Al igual que Javi, he aprendido a MIRAR, a descubrir, voy contínuamente enfocando y encuadrando por la calle, fijándome en detalles que antes no hubiese pensado, en las condiciones de luz, etc y todo ha sido gracias a la fotografía. Ahora estoy conociendo mi ciudad, antes paseaba por ella, simplemente.
    Un abrazo y suerte con tus proyectos!!

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  4. hola mayte!!!!!!!! muchas gracias, me alegro de que te guste, la verdad es que es un blog sencillo y no sé con qué frecuencia subiré cosas pero está hecho con cariño!

    un beso!

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  5. Felicitaciones por el blog!!!
    Una de las cosas que mas me gusta de la fotografia es mirar lo cotidiano de una manera nueva, redescubrirlo.

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  6. Muchas gracias, Kari!
    Sí, estoy de acuerdo contigo.

    : )

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